FARC amplia operaciones en Venezuela

Será o no una nueva variante de la llamada “Guerra Híbrida”?

Rafael Rivero Muñoz

Caracas 27/03/21

@rarmuz

“… La guerra es el arte del engaño…”

Sun Tzu

Varias preguntas surgen en interesados en su intento por saber cómo pueden relacionarse estas recientes masacres en las que intervienen los esfuerzos bélicos del brazo armado del régimen, FANB, FAES o FARC, con el despliegue en combate contra una población civil desarmada en el estado Apure con aquella “Masacre de El Amparo” en el año 1988.

Se entiende que quienes se hacen esa pregunta quizás no tengan en memoria algunos vinculantes detalles, así que para un observador se hace obligatorio compartir documentada información que aclare algunas dudas.

Para cualquier administrador medianamente formado o altamente calificado, la retrospectiva en la observación y seguimiento de un sostenido proceso industrio–comercial, pudiere servir de soporte para entender este juego en curso por este régimen revolucionario que, en función de que ya no cuenta con fondos líquidos propios, que además tiene ya cerrado el acceso a líneas de crédito internacional en momentos de una plena debacle financiera derivada de lo que fuera la industria petrolera venezolana, veamos.

La masacre de El Amparo que se ejecutó en 1988 y que fuera la culminación de una serie de matanzas civiles comenzadas en 1986 por el grupo especializado de combate fundado por Jaime Lusinchi CEJAP, al mando sobre el terreno de la dupla Ramón Emilio Rodríguez Chacín por la FAN y Henry López Sisco por DISIP, quienes bajo la supervisión del general Humberto Camejo Árias fueron desplegadas sobre la frontera occidental de Venezuela y que asesinando civiles desarmados totalizarían en ese lapso no menos de setenta cadáveres.

Por tanto sobre esa misma área fronteriza de Venezuela serían dos los tiempos a considerar para poder entender las operaciones en curso; en retrospectiva las actividades de las combinadas unidades de combate de la Fuerza Armada Nacional (FAN) y la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) en el expresamente fundada Comando Específico José Antonio Páez (CEJAP) en el lapso entre 1986 y 1988 y en prospectiva, están ahora comenzzdas o continuadas por Hugo Rafael Chávez Frías a partir de sus negociaciones con el Secretariado de la FARC y a su vez continuadas por Nicolás desde Miraflores, con sus equivalentes unidades combinadas de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) y hasta, pareciera, en algunos casos, con unidades de la FARC.

Salvo prueba en contrario, la ejecución de las operaciones durante ambos lapsos, en términos de decisiones políticas guardan algunas incontestables coincidencias:

  1. Unidades de combate coordinadas por instracccciones precisas de la propia Presidencia de la República.
  2. Desplegadas en combate para la ejecución de operaciones militaro–polisivas sobre un mismo sector geográfico con efectos directos sobre una misma y circunstancial comunidad de civiles habitantes de poblados y las zonas de zonas de producción agropecuaria.
  3. Con un mismo objetivo estratégico destinado al desploblamiento rural de algunas especificas áreas en superficies territoriales aledañas a la frontera occidental venezolana.

Si se abordare con audacia el asunto, bastaría unir hechos en las tres sucesivas décadas a partir de aquel inicio de las operaciones del CEJAP 1986, precedentes a los ulteriores primeros contactos articulados por quien para 1999, con el ascenso del teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías a Miraflores, se erigiría como el más activo y eficiente capo di tutti capi a la cabeza de la emergente industria multinacional de la cocaína, Fidel Castro Ruz, quien por la vía de Miraflores y como reacción derivada de una emergente y progresiva acción política en el Congreso norteamericano, que se proponía reducir y hasta suspender la ayuda de Estados Unidos a Colombia, que para ese momento de los primeros años del siglo XXI en términos concretos se traduciría en circuntancias adversas a lo que ya avanzaba certero con la:

  1. Ampliación y consolidación de la ya edificada ruta segura para la cocaína, obra culminante del CEJAP y ejecutada sobre el terreno por Ramón Emilñio Rodríguez Chacín y Henry López Sisco
  2. La designación por Hugo Chávez de Ramón Emilio Rodríguez Chacín, citado como el “Rambo Venezolano”, como el enlace directo entre los representantes del Secretariado de la multinacional de la cocaína FARC y Miraflores
  3. Cancelación ejecutiva de los acuerdos binacionales, suspensión de actividades y expulsión de los funcionarios de la Drugs Enforcement Agency (DEA) de Venezuela
  4. Los inmediatos derivados para Venezuela de los acuerdo de paz entre Juan Manuel Santos Calderón –“Santiago” en su época de militante del M-19–presidente electo y en funciones de Colombia y la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), manejados desde La Habana por Fidel Castro Ruz cuya principal decisión comercial sobre el terreno, condujo al traslado al territorio de Venezuela de los sectores económicos tres y cuatro de la creciente industria multinacional de la cocaína, de toda la estructura para el acarreo a puntos de almacenamiento, de transporte terrestre a los programados puntos para el estibado de cargas destinadas a la exportación de la producción de cocaína a los mercados internacionales; con lo cual se hizo desaparecer de titulares en medios de información a Colombia como exportador de cocaína.
  5. Coincidiendo todo ello en los tiempos y en los espacios, con un programado y en curso crecimiento de la producción cocaína derivada de dos variables:
    1. El significativo aumento de la superficie de siembra de coca.
    2. El aumento la absorción y ocupación de mano de obra flotante y desempleada
    3. Con una nueva técnica en curso, el acelerado incremento de la producción del producto final, cocaina, por tonelada de hoja procesada
    4. El desplazamiento e instalación definitiva en Venezuela de los miembros del Secretariado de la FARC Luciano Marín Arango alias “Iván Márquez” y Seuxis Pausias Hernández Solarte alias “Jesús Santrich”, citados y conocidos miemrbros del equipo de negociadores en La Habana del llamado proceso de paz colombiano y los más directamente vinculados tanto a los intereses del ya para ese momento capo di tutti capi Fidel Castro Ruz como al complejo de actividades para la producción y el negocio internacional de la cocaína.
    5. Se sumarían a todo este complejo multinacional industrial definido, 18 años después, la pérdida sostenida de ingresos del régimen venezolano en manos del paisano Nicolás y todas y cada una de las bandas criminales bajo el paraguas protector tanto de la FANB como de FAES sin cuyo dinamizado flujo de fondos en divisas peligraría la estabilidad del régimen.
    6. Sin discusión aquellas actividades del CEJAP sobre el área destinadas a la apertura de las rutas seguras para la exportación de cocaína a los mercados internacionales desde el territorio de Venezuela, pudiere haber derivando en nuevos acuerdos en proceso de ejecución pot una triada integrada por los colombianos Nicolás, quien se hace llamar Maduro Moros y sus ya citados paisanos el alias “Iván Márquez” y el alias “Jesús Santrich”.
    7. Circunstancias que se compaginan para aflorar un severo indicio de que en una proyección del crecimiento del negocio de la multinacional de la cocaína FARC, se puediere estár en presencia de un proceso de traslado de los sectores económicos uno y dos, siembra, cosecha y producción a territorio de Venezuela.
    8. De ser ello así, implica que tanto alias “Iván Márquez” como el alias “Jesús Santrich” en combinación con Nicolás y sus bandas criminales, están tratando de independizar sus capacidades de producción de las propias a todo el complejo industrial asentado en territorio colombiano.
    9. De ser ello así, tiene entonces una explicación, cuando alias “Iván Márquez” y el alias “Jesús Santrich”, demandan de Nicolás desplazar del territorio de Venezuela a cualquiera fuere la facción de la FARC que no esté sujeta a sus intereses y control militar.
    10. Recordemos que cuando aquel CEJAP presionó al despoblamiento de la zona con sus operaciones de terrorismo de Estado produjo en cascada para la población en general y para los productores del agro y la de mano de obra fija e itinerante en la zona, las siguientes determinantes económicas en función del negocio de la cocaína:
    11. Pérdida de mano de obra fija y flotante
    12. Disparo de los costos para transporte y valor de los insumos
    13. Caída de producción agropecuaria que a su vez
    14. Impuso un drástico descenso en el valor de los predios.
    15. Imposición y validación de la dinámica amenaza a productores locales manejada por el crimen organizado: “plata o plomo”

Independiente de quienes sean hoy los ejecutores, fuere la FARC o FANB o FAES, las que ahora queman todo, lo están haciendo con el objetivo de acelerar el despoblamiento, la salida forzada de toda la población habitante regular del área como quedaría reseñado por medios en la red: “… Venezolanos desplazados a Colombia denunciaron que cruzaron la frontera porque sus casas fueron quemadas… Más de 4.000 personas han tenido que huir en canoas por el río Arauca desde el estado Apure debido a los enfrentamientos armados que se ha suscitado entre las Fuerzas Armadas venezolanas…” (infobae.com)

Desde Cantaura y Yumare, que fueron los dos ensayos y prácticas de campo ejecutadas en período Luis Herrera Campins se pasó sin solución de continuadas a las operaciones “anti-guerrilleras” del CEJAP que luego luego de seis sucesivas matanzas de civiles desarmados, culminaría en El Amparo en el período de Jaime Lusinchi, han sido no menos de diez muy bien articulados «Falsos Positivos» al mando de la citada pareja Ramón Emilio Rodríguez Chacín/Henry López Sisco que se registran en el historial de la zona fronteriza colombo–venezolana y cuya impune ejecutorias de de sucesivos asesinatos donde no menos de 100 cadáveres de civiles desarmados que quedaron sobre el terreno han sido exhibidos como guerrilleros y en las imágenes expresamente publicadas se hacen notables armas y granadas “sembradas” en cada cadáver.

La impunidad absoluta, garantizada en el pasado con el control del Ejecutivo sobre policías, Fiscalía y Tribunales y que hoy, se mantiene inamovible como derivado también del control fáctico que ejerce el “régimen revolucionario” sobre los dos titulares que han ejercido en la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI)–Luis Moreno Ocampo y Fatou Bom de Bensouda–, eso casi desde la entrada en vigencia del Protocolo de Roma (01/07/2002) con la designación de Haifa el Assami Maddah como Embajadora de Venezuela por ante la CPI, ha sido el determinante factor que ha permitido en el tiempo dar impune continuidad a todo este criminal proceso de treinta y tres continuados años.

Que hoy sean las FANB, las FAES, la FARC o cualesquiera fueren otros los grupos del régimen desplegados en la zona fronteriza, con mayor o con menor número de efectivos en armas, de cadáveres de civiles desarmados que se apilan sobre el terreno y de destrucción de propiedades, el único significativo comentario que cabe agregar es que, sin discusión para un observador limitado a las informaciones de medios y a los datos de sus viejos registros, no existe ninguna diferencia en los objetivos buscados y en las ventajas para el negocio de la cocaína en aquellos de ayer y estos de hoy desempeños militaro–polisivos en curso.

“Guerra Híbrida” la que derrotó a Venezuela

Incompetencias, cobardías o una compleja criminal complicidad de una claque política

Rafael Rivero Muñoz

Caracas, 23/03/21

@rarmuz

Y para que esta “guerra híbrida” la ganara Cuba, Fidel Castró sólo necesitó adular para penetrar y amancebar las voluntades de intelectuales y dirigencia en sus sucesivos turnos en la política venezolana mientras, mantenía incólume su objetivo, el petróleo venezolano, en la constancia y la continuidad de su esfuerzo bélico.  

Notable la reciente síntesis de Jorge Eickhoff en twitter, él llegó a Venezuela en 2008 en misión de investigación de la Fundación Konrad Adenauer y en 2013 partió para Uriguay y luego México y hoy comenta la compleja situación de Venezuela pero, desde una empírica y limitada óptica resulta obligado acotar algunas precisiones que superan esos cinco años sobre el terreno puesto que, cincuenta y cinco años antes de que los estudiosos y especialistas polemólogos definieran el vigente concepto de “Guerra Híbrida”, Venezuela habría entrado en un largo proceso bélico en la modalidad, que a sesenta y dos años de la fecha de ésta su apreciación, sobrevive como la 16ava provincia de Cuba.

Una guerra híbrida que se inició el domingo 03/02/1959 y como derivado de una reunión en esa fecha de Rómulo Betancourt y Fidel Castro en la quinta Maritmar en Caracas; guerra que a once mil días después de iniciada y sobre las derrotas de una probada incapacidad de Fidel Castro para dominar en lo militar a Venezuela, éste cambia de táctica y dispone un repliegue en las acciones letales, para adoptar dada sus limitadas capacidades, la de penetración y de información en los distintos partidos y facciones en gobierno u oposición, optando por incrementar sustancialmente sus logradas habilidades de influencia para intervenir tanto en la preparación como en la toma de decisiones políticas y ello, sin que ninguno de los servicios de seguridad en manos de los mas afamados expertos estuviesen capacitados para conocer, informarse e informar y mucho menos, para confrontar y neutralizar la variante bélica https://bit.ly/3reuPBu,

Y fuere desde la perpectiva de Carl von Clausewitz o de Michel Foucault, citados por el autor, el que se seleccionare para observar, entender y calificar los desempeños de la dirigencia política y militar venezolana en gobierno y oposición, durante todo el lapso de esos continuados catorce mil días de guerra, significaría que se hizo evidente para un imparcial observador, que mucho antes que la del referente citado Ucrania, y desde los inicios de la década de los sesenta del siglo pasado, cuando ya Fidel Castro Ruz aplicaba esa metodologia bélica que hoy definen los técnicos como la guerra híbrida.

Un único líder en Venezuela que, confrontó y derrotó a todo lo largo de su segundo período de gobierno y en todos los frentes dentro y fuera del territorio a las huestes nativas y extranjeras de Fidel Castro en su guerra no declarada para tomar el control del petróleo venezolano, fue Rómulo Betancourt y por inercia, con los restos de una capacidad de respuesta que se iba apagando, Raúl Leoni.

Y es a partir de Rafael Caldera con su política de pacificación, al cual se sumaría en el tiempo la inacción en treinta años de todos los demás que le sucedieron en Miraflores y quienes optando por la evasión al conflicto se alejaron de toda forma de confrontación política, eficiente o no, contra Fidel Castro y mucho menos, se atrevieron a fijar posiciones para combatirlo sobre cualquiera fuere otro el terreno; ni siquiera en aquel momento cuando USA le brindó aquella oportunidad a Luis Herrera Campins para liderizar las fuerzas militares conjuntas para atacar, derrotar y desplazar de la isla de Granada a las tropas e intereses de Fidel Castro.

Allí está el cómo en ese lapso, treinta continuados años, donde se podría afirmar se fermentaría el origen de todas las condiciones polemológicas subsiguientes que derivarían, cuarenta años después de aquella reunión Betancourt Fidel 1959, en las determinantes condiciones políticas y militares que rendirían y aplastarían sobre su propio terreno a Venezuela frente a Cuba y eso, entiéndase, sin disparar un solo tiro.

Si seleccionásemos ciento veinte actos de guerra como una muestra significativa dentro del sinnúmero de continuados y sucesivos actos bélicos ejecutados por Fidel Castro y sus huestes venezolanas y extrajeras contra Venezuela en el lapso entre  1959 y 1976, el 100% de ellas para aquel momento de 1989 y con todas sus contabilizadas o no secuelas en número de muertos, de heridos, de destrucción de bienes públicos y privados, habían sido ejecutados en ese desempeño bélico por Fidel Castro Ruz.

Justo ese momento en que Carlos Andrés Pérez, electo en elecciones para un segundo período, gira una invitación oficial que es precedida por un “Manifiesto de Bienvenida a Fidel Castro”, redactado en La Habana por su mejor propagandista, el colombiano Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez “Gabo”, material enviado a Caracas y cuyas colección de firmas sería coordinadas por el propio jefe de seguridad de Carlos Andrés Pérez, el cubano Orlando Sacramento de Jesús García Vásquez, el “Topo” de Fidel,  quien luego las hizo publicar en los diarios El Nacional y 2001 con la rúbrica personal de 911 intelectuales venezolanos.

Y es públicamente lisonjeado Fidel Castro Ruz con todos los honores de jefes de Estado y como la más brillante de las estrellas presentes para la «Coronación» de Carlos Andrés Pérez y, en paralelo, adulado a su vez por la presidente del principal y mayoritario partido político de masas, Acción Democrática, Isabel Carmona de Serra, en ese el histórico cuarto período de AD como partido en funciones de gobierno.

Por si faltare en ese histórico momento un detalle, la reseña de ese particular evento político, 26 años después en una entrevista en Globovisión, la confesaría con “pelos y señales” Isabel Carmona de Serra, enfatizando que ella y Acción Democratica para aquel momento, eran devotos de la revolución cubana y abundaría en detalles al confirmar haber tenido el honor de viajar con su familia en el avión privado de Fidel Castro Ruz para conocer a Cuba.

Para precisar en concreto el punto determinante de la situación recordemos, cuando Fidel Castro en la citada reunión le pide a Rómulo Betancourt petróleo (1959) y éste tajante se lo niega: “… el petróleo es de Venezuela y de los venezolanos…”, ese mismo día al salir de esa reunión con Betancourt, Fidel Castro Ruz con su enlace con Venezuela y subalterno su paisano Orlando Sacramento de Jesús García Vásquez y otros afectos, convoca a una reunión urgente a los líderes del Partido Comunista de Venezuela a quienes impone de la negativa al auxilio en petróleo demandado a Betancourt y anunciando el inicio de todas las tareas y medidas necesarias, incluídas hostilidades bélicas, hasta lograr tener control sobre ese petróleo venezolano para financiar la expansión de su revolución por el mundo.

Desde esta muy limitada óptica hay que recordar los términos y el énfasis en el pedido de petróleo «… tu con tu petróleo, yo con mi revolución dominaremos el mundo…» le dijo Fidel a Betancourt aquel 03/02/1959 y eso sólo lo logrará cuarenta años después desde 1999 con la llegada a Miraflores del teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías, y a partir de ese momento, con los fondos del tesoro venezolano y después con los derivados del negocio petrolero, Fidel inició la expansión de su revolución a Latinoamérica en principio, a la Unión Europea y hasta USA.

De hecho, con esos fondos del tesoro y petróleo venezolanos dispensados por Hugo Chávez, lograrían desembarcar una “cabeza de playa” en la política de España, financiando la fundación del partido político Podemos, hoy miembro del gobierno en turno, con Pablo Iglesias como segundo vicepresidente

Asi que desde la limitada óptica del empirismo en materia de seguridad y en cualquiera fuere la especialidad sobre la que se soporte el criterio, en los términos y técnicas en que se estudia, se analiza y se define esa desde 2014 hoy llamada Guerra Híbrida, no pareciera exista ningún otro mejor y tan elaborado ejemplo, y menos uno que supere éste de la “guerra híbrida” jamás declarada de Fidel Castro Ruz contra Venezuela

Hemos comentado desde la óptica de Clausewitz ese tan silenciado proceso bélico de Cuba contra Venezuela, del que ningún dirigente venezolano de ayer y de hoy se atreve a comentar y mucho menos analizar puesto que en ello quedarían en evidencia sus propias responsablidades –y cuidado si no fueren criminales–, en las características que lo definen como una guerra híbrida pero, necesario es entrar en los términos, circunstancias y detalles políticos que consolidarían sus efectos sobre Venezuela y ello, a pesar de que en esos catorce mil días, los once mil iniciales estuvieron caracterizados por derrota tras derrota, en todos los terrenos, dentro y fuera de fronteras de Fidel Castro y sus huestes venezolanas y extranjeras y necesario sería abordar aquellas negociaciones en Nueva York en 1957 que derivaron en la instauración en Venezuela el año siguiente 1958, de una mal llamada democracia que, certero definiría Juan Carlos Rey como un «Sistema Populista de Conciliación de Élites» y de imperio entonces, necesario será complementar lo ya comentado.

Y que lo impone la obligada lectura de otro referido trabajo de Jorge Eickhoff  https://bit.ly/3cc1Hqoverlo y plantea intentar el abordaje desde la óptica de Michael Faucoult dada las tres determinantes del sistema político instaurado en Venezuela desde 1958, al que denominan democracia y donde han imperado desde sus inicios tres aisladas particularidades: a) nadie demanda y mucho menos rinde cuentas lo que inevitablemente impone b) la ley del menor esfuerzo y combinadas ambas en sus efectos conducen a c) la evasión al conflicto.

Si tomásemos en cuenta y aceptásemos como válido aquel criterio de que el conflicto es la razón de ser de la política, entonces, de forma invevitable cabe una pregunta: cuáles fueron los efectos para una pretensión de política y de democracia en Venezuela?

Por tanto, durante cuarenta años de esta muy particular democracia venezolana, con esa evasión al conflicto en la práctica diaria de quienes se erigieron como profesionales de la política y representantes electos por los ciudadanos, se impuso al calco aquel viejo modelo europeo de gobierno donde el régimen en turno en los hechos, imponía la policía para sustituir la política y puesto que al congelar la polémica en política, un régimen abandonará en hechos y Derecho toda expresión de la política en su relación con sus gobernados y asumirá para su indefinido mantenimiento en el poder, sólo y exclusivamente: la policía

Fueron cuarenta años de la particular forma de hacer de eso que dieron aquello y dan hoy éstos por llamar «política», lo que puso en funciones e impuso un cada vez más decadente práctica de la política y hasta alcanzar el proceso más primitivo para el aprendizaje en las emergentes generaciones políticas de relevo donde, por derivado, poco o nada de atención se prestaba y mucho menos se tenía en cuenta y hasta se descartaban, algunos estímulos que pudieran eventualmente perturbar los precarios acuerdos y logrados éstos entre esos electos representantes de élites, en lo sucesivo nadie demandaría rendición de cuentas y mucho menos, por derivado, los responsables en ejercicio del poder, rendirían cuentas del hacer y del dejar de hace, tanto de quienes asumen, electos o selectos, las responsabilidades para el ejercicio del poder político, como de aquellos profesionales de la política, que abandonando sus pautadas tareas en el manejo de los controles políticos en el juego de pesos y contra pesos, y como asociados del régimen, prefirieron gozar de las migajas que le dejaban a su paso los beneficiarios del poder.

Quizás la mayor tragedia que se impondría en esta “política” a la venezolana derivada de la dinámica de esas tres determinantes del «Sistema Populista de Conciliación de Élites», fue que necesariamente la clase política devino en claque y para poder “mantenerse en las posiciones alcanzadas”, obligatoriamente tuvieron que anular toda mínima posibilidad de acción de los ciudadanos en cualquiera fuere el terreno de ideas o pretensiones, tanto en lo individual como en lo colectivo, aún siendo sus principales tareas, propias precisamente a una verdadera democracia, controlar los desempeños de quienes ocupaban esas posiciones como políticos profesionales: la reafirmación y confirmación del que nadie demanda y mucho menos nadie rinde cuentas de su hacer y dejar de hacer.

Si aceptásemos que, para algunos expertos, la contingencia y la pluralidad son las raíces del conflicto, también es cierto que siendo el orden social un producto de la dinámica de esas enfrentadas contingencias y pluralidades, de cuyo tratamiento político deriva el acumulado de experiencias de operadores políticos sobre situaciones conflictivas, siendo que el conflicto no sólo no siendo un elemento de desintegración sino que es todo lo contrario, de asumirse que la práctica política de librito la empuja a avanzar hacia unas más viables y sólidas posiciones de integración; ello tanto en la definición y consolidación de los fines colectivos de la comunidad de la cual se trate, como en la emergencia y consolidación de identidades.

Pero si citásemos a un clásico: “… la formación de la identidad de un pueblo se encuentra cuando éste adquiere la aptitud de distinguir entre amigo y enemigo…” (Carl Schmitt), ante estos hechos políticos comentados, valdría entonces preguntar:

Cómo es que el declarado y reconocido enemigo de Venezuela durante los dos primeros períodos presidenciales luego de la huida de Marcos Evangelista Pérez Jiménez, Fidel Castro Ruz, quien impune y en un lapso de catorce mil continuados días dirigió y financió desde Cuba a partir de 1959 una “guerra híbrida” contra Venezuela, que aún cuando fuera derrotado una y otra vez en todos los frentes, dentro y fuera de fronteras, en su empeño por controlar el petróleo venezolano y dejando centenares de venezolanos muertos, heridos, incapacitados, ocasionando daños irreparables a bienes públicos y privados, treinta años después de iniciada esa guerra híbrida, la política, esta política a la venezolana, lo transformaría con un solo acto político en amigo y sería recibido con honores tanto por el electo presidente en el acto de juramentarse en su cargo y concomitante con ello, la presidente con su séquito y otros integrantes del principal y más grande y antiguo partido político, Acción Democrática, cuyos voceros por décadas identificaron al partido con los fines colectivos e identidades de los venezolanos y sin embargo, drásticos e implacables en este acto político, despreciando a los centenares de víctimas caídas en la conflagración, gratuitamente degradaban la condición ciudadana de sus deudos.

Aceptando que entre las principales y más importantes tareas de la política en manos y por manos de los políticos profesionales, está la de ejercer la estrecha vigilancia que en los términos de sus efectos constituye una garantía en el cumplimiento de las normas vigentes diseñadas y aceptadas por todos y cada uno de los integrantes de la comunidad de intereses al interior del territorio, de la sociedad en términos generales, que, al inevitablemente demandar la rendición de cuentas en el hacer y dejar de hacer, esa generación de conflictos rompía la concordia de la particular democracia, pero al evadir la oposición ese conflicto, podrá llamársele de cualquier forma pero, jamás será política.

Allí están los hechos de la política a la venezolana y citando este gráfico ejemplo, se demanda a quien esté interesado en el tema, hacer memoria para recordar si alguna vez en alguna circunstancia pudo escuchar y ver a algún político profesional ante los hechos narrados, expresar en nombre propio, de víctimas y deudos de la guerra híbrida de Fidel contra Venezuela, o demandar respuestas a los voceros de Acción Democratica y al propio Carlos Andrés Pérez, antes, durante o después de ejercer por segunda vez la presidencia de Venezuela; y eso, ha sido y es lo que identifica a la particular política a la venezolana del “Sistema Popilista de Conciliación de Élites”, en las últimas siete décadas.

Afirmó en algún momento el dirigente español Felipe González: “… el error en política es perdonable, lo que no es perdonable es la estupidez…”; y este recuento de siete décadas para algunos podrá calificarse de error en la modalidad de política a la venezolana pero, para otros y en política con mayúscula, resulta ser la más soberana estupidez de generaciones de políticos profesionales porque, como queda dicho: el teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías, no llegó de Marte,